Acción ambiental en Madryn: voluntarios recolectaron de la costa 15 bolsas de residuos

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El pasado fin de semana, Puerto Madryn fue escenario de una jornada especial dedicada a la limpieza costera y la sensibilización ambiental, organizada por la fundación Sin Azul No Hay Verde. Bajo un cielo totalmente despejado y una temperatura ideal para disfrutar de la costa, más de 30 personas, entre niños, jóvenes y adultos, recolectaron una gran cantidad de residuos.

La actividad comenzó cerca de las 12:00 con la recepción de los voluntarios en playa Kaiser. A medida que se distribuían las bolsas y guantes, los organizadores fueron brindando las recomendaciones para la limpieza. El equipo recorrió un extenso tramo del cordón costero, recolectando más de 15 bolsas de residuos completas. Fue un esfuerzo colectivo, donde grandes y chicos trabajaron codo a codo para despojar la playa de basura.

Foto: Victoria Higa

Entre los residuos se recolectó una gran cantidad de plásticos, mayormente botellas, que estaban desperdigadas por la costa. También se juntaron bolsas, papeles, retazos de telas y latas de aluminio. La mayoría de lo recolectado pertenece a residuos urbanos.

“Estas actividades sirven también como punto de encuentro para las personas con inquietudes ambientales, por lo cual es importantísimo seguir realizándolas, porque además de ser medidas concretas y acciones específicas, valen para seguir visibilizando la temática y que no queden en actos aislados”, remarcó Juan Coustet, de Sin Azul No Hay Verde.

Y agregó: “Además, es importante seguir concientizando porque gran parte de los residuos que encontramos pertenecen todos al consumo propio de las personas que van a pasar el día en la costa”.

Foto: Victoria Higa

Alrededor de las 14:00, los participantes disfrutaron de un picnic compartido, que dio paso a un interesante ciclo de charlas. Proyecto Sub fue el primero en tomar la palabra, abordando la preocupante interacción entre la contaminación plástica y la fauna marina, destacando cómo este problema impacta también en las personas. Luego, el turno fue de Nuestros Mares, quienes expusieron sobre el ecoturismo como herramienta para mitigar el impacto del plástico en los océanos, brindando una perspectiva diferente y más alentadora.

La jornada no solo se trató de limpiar la costa, sino también de disfrutar del entorno y aprender sobre la conservación. Hubo sorteos que mantuvieron la energía alta entre los presentes, con premios como salidas en kayak, bautismos submarinos, snorkeling con lobos marinos, y avistajes de ballenas, una experiencia única en la región.

Más actividades para concientizar

Una de las actividades más llamativas fue la demostración de Cianotipia Botánica a cargo de Milena Fracchia. Los participantes tuvieron la oportunidad de crear sus propias impresiones artísticas utilizando luz solar y plantas de la costa, llevándose un recuerdo tangible de la jornada.

Más tarde, Kevin Zaouali compartió su experiencia en la creación de documentales sobre naturaleza y activismo ambiental, contando anécdotas de sus filmaciones alrededor del mundo y su trabajo con grandes plataformas audiovisuales. Para cerrar, la fundación Sin Azul No Hay Verde ofreció una charla interactiva sobre las Áreas Marinas Protegidas, haciendo un llamado a la importancia de su preservación.

“Mediante esta jornada pudimos abordar una preocupación ambiental que es el cuidado de nuestro mar a través de distintas disciplinas, fue un encuentro interdisciplinario en el cual todos los disertantes de las charlas nos llevaron a ver las cosas desde otro punto de vista, de otro enfoque y también expresar la importancia de conectar el arte con lo ambiental para poner en valor todo lo que nos rodea. Desde la Fundación invitamos a la comunidad a participar en este tipo de actividades y agradecemos a cada una de las personas presentes por generar tan bello ambiente”, concluyó Coustet.

Este evento no solo fue una oportunidad para colaborar en la limpieza de la costa, sino también para compartir, aprender y, sobre todo, reflexionar sobre el rol que cada persona puede jugar en la conservación del ambiente.

Foto de portada: Victoria Higa