La iniciativa fue impulsada por la ONG Ecopet y se desarrolló durante todo septiembre. También participaron Sin Azul No Hay Verde, Cuidadores de la Casa Común Viedma, Ice Lady Patagonia, Parley, LP Srl, Yorioar y Playas Limpias Patagonia.
El cielo estaba totalmente despejado. El mar, más azul que nunca, mostraba a las ballenas haciendo su show en cercanías a las estribaciones de la tierra. Un día ideal para agarrar el mate y sentarse en las playas de Península Valdés solo a contemplar. Pero en esta bella postal patagónica había algo que desfiguraba el entorno. Cajones de plástico, redes, líneas, y todo tipo de residuos de la pesca minaban las playas.
“Venimos trabajando durante todo septiembre en distintos puntos de la Península, y logramos juntar más de 40 metros cúbicos que equivalen a más de 10 mil kilos. Los residuos vienen mayormente de la pesca: objetos rotos, cajones, redes y materiales para arreglar los barcos. Con los cajones que juntamos vamos a hacer, con una parte, unas composteras y, con la otra, la vamos a mandar a una Universidad de Río Negro para un proyecto de acuaponía”, explicó Mauro Bercovich de Ecopet.
Y agregó: “Vamos a permanecer en la Península trabajando durante octubre, noviembre y diciembre. Entendemos que el trabajo de voluntariado es constante y no esporádico. Es importante este punto para que la gente que se suma entienda que no es solo una vez, sino que es todo un proceso el de limpieza”.
En tal sentido, Valentina Meyer, parte del equipo de Sin Azul No Hay Verde, indicó que “este tipo de actividades son muy importantes para que los animales puedan encontrar espacios saludables para habitar. Sin embargo, necesitamos replantearnos de manera urgente nuestros hábitos de producción y consumo, de lo contrario no va a haber limpieza de playa que alcance para contrarrestar los impactos generados por nuestros propios residuos».
Es importante destacar que, durante los dos días de trabajo se tomaron todas las medidas necesarias para hacer la limpieza de forma segura y responsable, evitando mayormente todas las amenazas vinculadas con la gripe aviar.
Más prevención
Si bien este tipo de iniciativas son las que ayudan a mitigar el impacto ambiental de, en este caso, la industria pesquera, es importante tomar medidas inmediatas para que esto no siga sucediendo. El hecho de que Fundaciones y ONGs se deban organizar para realizar limpiezas no hace más que poner en evidencia las consecuencias de un sistema que funciona de forma muy deficiente.
El Área Marina Protegida Península Valdés, así como muchas otras costas y playas, son el hábitat de una inmensa variedad de animales. Especies marinas y terrestres para quienes es vital que estos ambientes estén saludables. Por todo esto y más es necesario que estos espacios se encuentren libres de contaminantes que puedan poner en riesgo la biodiversidad.