En junio se inauguró, en Playa Unión, un mural que fue realizado por Ezequiel Daniel Paredes, un artista local. La propuesta artística es parte del proyecto “Murales al Mar” de la fundación Sin Azul No Hay Verde, que busca fomentar la protección del mar a través del muralismo. Pero, ¿De qué o de quién lo debemos proteger?
Las amenazas silenciosas, invisibles, son de las más difíciles de combatir. Así como no se puede proteger lo que no se conoce, tampoco se puede luchar contra lo que no se ve. Por esta razón, el arte aparece como una herramienta que corre el velo de lo intangible. Surge como el halo de luz de un faro que marca el camino a seguir.
Los océanos cubren más de 70% del planeta. De este porcentaje, sólo el 2,9% de la superficie oceánica está total o altamente protegida. Entre un 50 y un 80% de la vida en la Tierra se encuentra bajo el mar. Ahí abajo pasa de todo y, desde que el ser humano se apropió de él, empezaron a aparecer los desequilibrios.
Teniendo en cuenta todo esto, ¿Qué es la amenaza silenciosa?
Es la actividad y los impactos, despiadados y desmedidos, de los seres humanos en torno a la explotación de los recursos derivados del océano. La pesca de arrastre y la contaminación son las dos caras más tangibles de la amenaza.
El mural, fue realizado por el artista local Ezequiel Daniel Paredes y está ubicado en la calle Guillermo Rawson N° 1747, de Playa Unión. Esta pieza artística plasma en imágenes las amenazas que sufre el océano. Le pone color, cuerpo y alma al objeto que opera en el oportuno silencio de las profundidades.
“Este mural es el primero de nuestro programa Murales al Mar, a través de ellos invitamos a la población a tomar conciencia sobre las problemáticas que lo amenazan. Creemos que el cuidado del océano, los ecosistemas marinos y el ambiente en general es transversal a todo, por eso buscamos llegar con el mensaje a través de distintas disciplinas, en este caso a través del Arte”, señaló Juan Coustet, de Sin Azul No Hay Verde.
Pesca de arrastre, contaminación y pesca incidental
Según detalló Coustet, a través del mural “buscamos reflejar cómo las especies, y el ecosistema en general, se ven afectados por la pesca incidental, la pesca de arrastre y la contaminación”.
Este tridente de amenazas, es la principal causa de desequilibrio ambiental dentro del ecosistema marino. A través del dibujo plasmado en el mural, se buscó visibilizar el caso particular del Mar Argentino.
Según expresó Lucía Castro, coordinadora de Sin Azul No Hay Verde, “una de las principales consecuencias de la pesca de arrastre es la captura incidental de diversas especies fundamentales del Mar Argentino, muchas de ellas son tiburones, rayas y aves, que además en muchos casos son endémicas y se encuentran en peligro de extinción”.
Una parte del mural tiene el enorme dibujo de un cazón, envuelto en redes de arrastre. La elección de esta especie no fue azarosa: “Elegimos al cazón porque es una especie típica de tiburones en la zona, la cual se ve enormemente afectada por la pesca incidental. Esta especie se encuentra entre las más vulnerables y corre peligro de extinción, de ahí la importancia de que esté retratada en el mural”, concluyó Lucía Castro.